Todo el mundo tiene asumido que celebrar la navidad significa comprar, así que se decide salir de compras justo en el momento del año en el que son más caros la mayoría de los productos.
La publicidad aprovecha estos momentos en los que afloran nuestros mejores deseos y sentimientos para reconducirlos hacia el consumo, y ese continuo mensaje cala en nuestra sociedad sin que echemos la vista atrás para ver que, no hace tanto tiempo, éramos felices celebrando la navidad de otro modo.
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e hijas, acaban por convencerse de que para demostrar lo mucho que les quieren les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de la publicidad olvidando alternativas de consumo más justas social y ambientalmente, juguetes en los que se esté pagando el producto, y no su publicidad. Además, estamos olvidando incluso lo más importante: que es posible jugar sin juguetes.
Información: CONSUMISMO NAVIDEÑO